Radical


TESTIMONIO 
Soy madres de 3 niños Soy Profesional y, También soy Esposa. De esas que abundan, que se dan a la familia, que cocina rico y novedoso, que jardinea, que se encarga de los cumpleaños de todos, que compra los regalos de todos en navidad, que prepara todos los detalles de las vacaciones, la primera en levantarse y la ultima en acostarse y que cuando llora la guagua a mitad de la noche, es la que se levanta.
Que hace las tareas con los hijos y que los disciplina, o al menos eso trata.
Pero también fui esa esposa- madre y profesional, que se anula a si misma al punto de darse cuenta que está completamente sola, que nadie te conoce, no sabe de tus dolores, angustias y cansancio, ni de tus alegrías, gustos o motivaciones.
Esa que se queja de todo, para sí misma, en silencio, pero que para el resto, hacia afuera, es perfecta, con el esposo adecuado y buenos hijos…pero con cara no muy feliz.
En definitiva, madre-profesional y esposa que APARENTA,…aparenta estar bien y que ama su vida, su día a día, que se rodea de gente y supuestos “amigos”.
Hasta que un día esta realidad te pasa la cuenta, y después de 10 años, te encuentras al borde de 3 posibilidades:

  • -        Irte de la casa y dejar todo tirado, o
  • -        Engañar a tu marido, o
  • -        No seguir existiendo físicamente…porque en realidad ya no estás.


…Algunas de estas madres, profesionales y esposas, toman alguno de estos caminos, pero “algo” en mi interior me decía que buscara, que debía encontrar un 4º camino, y que este no venia ni por el Yoga y la nueva ERA, ni las reuniones sociales, o tener a los hijos en un buen colegio, o tener la ultima ropa y verte regia, o tener un mejor vehículo, o ir al lugar de moda (el casino).
En el mes de Diciembre de 2010, toda esta realidad termina de quebrarse:…”ESTABA EMBARAZADA después de 10 años”, sin quererlo ni planificarlo,…entonces lo poco que me quedaba de “control”, se esfuma.
…raya para la suma: Mi matrimonio era una firma en la libreta, mi hija mayor estaba en un proceso muy obscuro de autoestima, …iba directo a conocer a cualquier joven, que le hablara bonito y salir embarazada o en el peor de los casos, decidiera vivir la vida light (loca), sin objetivos edificantes; y mi hijo, un niño mimado, autosuficiente, sin esfuerzos ni compromisos…y yo…EMBARAZADA y absolutamente perdida.
Con este panorama, tuve la certeza absoluta de que no era nada ni nadie, que estaba sola, pues ni siquiera me tenía a mí misma.
En medio de esto, surge mi hermana, quien en ese tiempo estaba pegada con el tema del fin del mundo, y que en su búsqueda de información se topa con DIOS,
Comienza a hablarme de EL y lo que había descubierto en la Biblia, en la palabra.
Paso un breve tiempo, me demore en creer, dudé, la vergüenza, la inseguridad, la timidez, la publicidad, la sociedad me lo impedían, pero lo encontré, lo entendí, lo sentí y ahora lo vivo, acepte a Jesucristo en mi vida y con EL llegó la claridad, una claridad potente y protectora,…hoy me acuesto con Dios y me levanto con EL, trabajo, conduzco, voy al baño…YA NO ESTOY SOLA, y sí, soy alguien, SOY SU HIJA!, estoy en este mundo, pero ya no pertenezco a este sitio que la sociedad nos ofrece.
El día viernes 23 de Noviembre, hizo un enorme milagro en mí, me operó el corazón mientras dormía y después de una profunda conversación con EL, en el baño a eso de las 11 de la noche, ahí le pedí que hiciera en mi y pusiera en mi lo que me faltaba, lo que EL quería que tuviera y no lo que yo pensaba que necesitaba…(estaba muy preocupada por mi marido).
Al día siguiente, al despertar, hice lo que ya hacía unos años no hacía, mire a mi marido, quien dormía, pero cuando lo mire fue de una forma que no conocía, muy rara, pero muy hermosa, ¡lo vi hermoso!. No entendía, pero con el correr de las horas me di cuenta que DIOS me había operado el corazón e inyecto en mi una buena dosis “AMOR”, ese que nos mandata, ese que pocos en este mundo conocen, ese con errores, con defectos, pero con absoluta aceptación, aceptación de uno mismo y del otro, ese que se regocija, que no duele, que es liviano, que es para entregarlo, que acepta al otro tal cual y que se acepta a uno mismo, pero queriendo ser mejor.
Esto se ha visto reflejado en cambios concretos en mí, como las palabras que uso para hablar, para referirme a otros, seleccionar lo que escucho de otros, no buscar el conflicto sino evitarlo, he cambiado las quejas, esas que son como gotas molestas, por AGRADECIMIENTO.
Dios en mi vida a cambiado a mi hija, quien paso de ser un ser que pasaba inadvertido y ante preguntas contestaba un “No sé”…a mostrar alegría, mucha fuerza, claridad y convicción  porque sus pies están en la palabra de Dios y no sobre las cosas que este mundo les ofrece hoy a nuestros jóvenes, ella a echo votos de castidad, cosa que para un joven de este tiempo es “una tontera”, pues estamos más preocupados de que usen condones y no de que procedan con valores, paciencia y sabiduría... Ella me enseña cada día acerca de Dios.
(Sigo preocupada por mi marido, sigo cocinando y jardineando…pero acompañada y respaldada).
Si no hubiese encontrado a Jesucristo, y EL no me hubiese puesto en sus propósitos, hoy no estaría aquí.
Gracias porque me has dado claridad, AMOR, la libertad y la PAZ.

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