La Navidad
LA NATIVIDAD...2013
Es el día 24 de diciembre, tres de la tarde, calor en en la ciudad. Yo en la cocina (mi lugar preferido en la casa), dando terminación a la torta que llevaré al campo para esta noche. Coloco la cubierta del pastel, quedo hermoso, un chocolate negro brilloso, un espejo...lo miro y pienso...¿para quien es esta torta?, para el que esta de cumpleaños...Jesús!...entonces eso fue lo que escribí en ella..¡Feliz cumpleaños Jesús!, lo adorne con una zarzaparrilla que parecía vid...hermoso.
En esto me encontraba cuando recordé como estaba hace dos años atrás a esta misma hora, afanada, dando los ultimo toques al gran regalo que daría a mi hijo ... colocando una etiqueta con aspecto de extranjera, como estos timbres postales que vienen desde Norteamérica, me conseguí una bolsa de transporte internacional en correos y le puse: de Viejo Pascuero Para Edmundo (he reemplazado el nombre original); origen Polo Norte.
También recordé, la clase de persona que era hasta ese entonces, y mi marido, y mis hijos, y mis hermanas, y mis padres y mis cuñados y mis sobrinas...Mirar a la distancia, toda esta preocupación por sostener frente a mis hijos algo tan poco sustentable y fiel... creer en el Viejo Pascuero, como les pasa a muchos Padres hoy y antes también...pero que a poco andar, se cae por si sola, y el comercio se llena de esta ilusión...pero esta ilusión no nos llena a quienes la compramos.
Llegó la noche, cenamos en Familia con un asado de cordero hecho por mi padre de 78 años...crujiente, rico. Importante: en esta mesa no faltaba ningún mortal de mi familia, pero si faltaba el festejado, el dueño de la fiesta, se brindaba, pero no se le nombraba...entonces yo digo ¡Salud por el que hoy nace, por Jesús!....y el salud fue un tanto tibio...no importa, lo dije y Ya.
Luego se realiza el ritual de entregar los regalos, que para este año por fin se introdujo la variación de solo darles presentes a los niños y no a los adultos...esto es bueno porque refleja un desapego a lo material y entender que el cariño no se refleja con cintas...el mismo ritual que en todas las casas.
Mi hija de 2 años, fue quien más lo disfruto.
Y vino el momento de la Torta con champaña, entonces la saco y sin pensarlo, comencé a pasar por frente de cada uno de los presentes y con torta en mano, les preguntaba a cada uno, de quien es el cumpleaños?... y cada uno contestaba leyendo en la torta, ...DE JESÚS.
Amado Padre, gracias te doy, por tu significativo nacimiento, por escogerme, por permitirme vivir en ti, levantarme cada mañana dando gracias y sintiendo el gozo de tu palabra, de la Paz que sólo tu puedes dar...Príncipe de Amor...gracias por que estas obrando en mi vida y en la de mi familia. Te pido por ellos, en especial por mis Padres, para que les concedas tu gracia, la gracia de la FE y con ello la salvación...para poder verlos cuando estemos todos en tu casa..."porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios" (Rom. 8.14) AMEN, AMEN
Es el día 24 de diciembre, tres de la tarde, calor en en la ciudad. Yo en la cocina (mi lugar preferido en la casa), dando terminación a la torta que llevaré al campo para esta noche. Coloco la cubierta del pastel, quedo hermoso, un chocolate negro brilloso, un espejo...lo miro y pienso...¿para quien es esta torta?, para el que esta de cumpleaños...Jesús!...entonces eso fue lo que escribí en ella..¡Feliz cumpleaños Jesús!, lo adorne con una zarzaparrilla que parecía vid...hermoso.
En esto me encontraba cuando recordé como estaba hace dos años atrás a esta misma hora, afanada, dando los ultimo toques al gran regalo que daría a mi hijo ... colocando una etiqueta con aspecto de extranjera, como estos timbres postales que vienen desde Norteamérica, me conseguí una bolsa de transporte internacional en correos y le puse: de Viejo Pascuero Para Edmundo (he reemplazado el nombre original); origen Polo Norte.
También recordé, la clase de persona que era hasta ese entonces, y mi marido, y mis hijos, y mis hermanas, y mis padres y mis cuñados y mis sobrinas...Mirar a la distancia, toda esta preocupación por sostener frente a mis hijos algo tan poco sustentable y fiel... creer en el Viejo Pascuero, como les pasa a muchos Padres hoy y antes también...pero que a poco andar, se cae por si sola, y el comercio se llena de esta ilusión...pero esta ilusión no nos llena a quienes la compramos.
Llegó la noche, cenamos en Familia con un asado de cordero hecho por mi padre de 78 años...crujiente, rico. Importante: en esta mesa no faltaba ningún mortal de mi familia, pero si faltaba el festejado, el dueño de la fiesta, se brindaba, pero no se le nombraba...entonces yo digo ¡Salud por el que hoy nace, por Jesús!....y el salud fue un tanto tibio...no importa, lo dije y Ya.
Luego se realiza el ritual de entregar los regalos, que para este año por fin se introdujo la variación de solo darles presentes a los niños y no a los adultos...esto es bueno porque refleja un desapego a lo material y entender que el cariño no se refleja con cintas...el mismo ritual que en todas las casas.
Mi hija de 2 años, fue quien más lo disfruto.
Y vino el momento de la Torta con champaña, entonces la saco y sin pensarlo, comencé a pasar por frente de cada uno de los presentes y con torta en mano, les preguntaba a cada uno, de quien es el cumpleaños?... y cada uno contestaba leyendo en la torta, ...DE JESÚS.
Amado Padre, gracias te doy, por tu significativo nacimiento, por escogerme, por permitirme vivir en ti, levantarme cada mañana dando gracias y sintiendo el gozo de tu palabra, de la Paz que sólo tu puedes dar...Príncipe de Amor...gracias por que estas obrando en mi vida y en la de mi familia. Te pido por ellos, en especial por mis Padres, para que les concedas tu gracia, la gracia de la FE y con ello la salvación...para poder verlos cuando estemos todos en tu casa..."porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios" (Rom. 8.14) AMEN, AMEN
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